top of page

¿El fin de la verticalidad espiritual?

Actualizado: 12 abr

El domingo a la noche recibí directo a mi whatsapp, este mensaje de una alumna:


“Está circulando esa noticia del Dalai Lama besando a un niño en la boca y luego pidiéndole que le bese la lengua"


Lo primero que atiné a pensar, acorde a los tiempos que estamos viviendo, fue “¿será un truco de la inteligencia artificial?”.


Y después hice click en el enlace que me había enviado. Y se me revolvió el estómago. Más allá de cualquier consideración sobre quién es el Dalai Lama o cualquier consideración cultural sobre los tibetanos .

Hubo una reacción instantáneamente física, de asco y dolor. Pensé en lo infinitamente vulnerables que son los niños. Pensé en todos los adultos que había alrededor riendo y aplaudiendo. Pensé en lo indefensos que estamos ante figuras de poder. Cómo en un segundo nuestras vidas pueden cambiar. ¿Y cuántas cosas suceden puertas adentro, sin que nos enteremos?


Más allá del hecho puntual del Dalai Lama y ese niño, que está siendo debatido ampliamente (vean el video que puse más abajo), siento que lo sucedido nos invita a reflexionar.


No soy para nada ajena a los abusos cometidos en el mundo espiritual. Tampoco a las mentiras de esas grandes estructuras verticales y a presenciar cómo se eleva sobre el resto a algunas personas. Estuve en muchas escuelas, ashrams y métodos en las que hubo abusadores. La comunidad espiritual suele hacer la vista gorda. Creo que por un lado es el miedo a perder prestigio, o un miedo más sincero de que la gente se termine alejando de las prácticas por hechos que comete un desviado. Puedo citar una interminable lista de "grandes maestros" que nos defraudaron.


Luego seguí leyendo el mensaje de nuestra alumna, donde me planteaba un cuestionamiento muy importante, que tocaba mi propio corazón: “ ¿Qué pasa con todas sus enseñanzas?, ¿Puedes seguir profesando, siguiendo una filosofía si pasan esas cosas? Recuerdo que el autor de el libro tibetano de la vida y la muerte también fue acusado de abuso (post muerte). Yogi bajhan  también. Me surge la duda de qué haces con todas esas enseñanzas cuando quienes las predican llevan a cabo acciones de ese tipo.”


Después de leer el mensaje, yo, que ya estaba acostada en la cama y lista para irme a dormir me quedé insomne. ¿Quién soy yo para dar una respuesta a esto? Y por otro lado, sentí que por algún motivo yo recibía esta pregunta. Tal vez sea porque difundo filosofías espirituales de Oriente. Aún así no siento tener las respuestas para todos estos interrogantes: ¿En qué maestro se puede confiar?


Entonces sentí ganas de ponerme a escribir y así desarrollar y descubrir cuál es mi pensamiento al respecto de semejante decepción:


Quiero empezar con esto. El primer mantra que enseñamos en nuestro curso, describe una relación fundamental de estas cosmovisiones, como si esta fuera el inicio de todo: la relación maestro alumno. El mantra dice:


Oṁ

Saha nāvavatu

Saha Nau Bhunaktu

Saha vīryam karavāvahai

Tejasvi nāvadhītamastu

Mā vidviṣāvahai

Oṁ Shāntiḥ, Shāntiḥ, Shāntiḥ


Y esto podría interpretarse como:

Que ambos seamos protejidos,

Que ambos seamos nutridos por la sabiduría.

Que podamos trabajar juntos con gran energía,

Que nuestro estudio sea vigoroso y efectivo.

Que nunca experimentemos la enemistad el uno con el otro.


Se suele cantar como una invocación cada vez que hay un maestro y un estudiante presente. El propósito de este mantra es la protección de ambas partes para asegurarse que ambos alcanzan su máximo objetivo en la práctica conjunta.


Al finalizar el mantra se pide paz en 3 niveles: personal, mutual y universal.


La relación más importante en el Yoga, es la relación entre el maestro y el alumno. Tradicionalmente se dice que esta relación es esencial para el crecimiento espiritual. Ha sido la principal forma de diseminación de la sabiduría yóguica, védica y budista a lo largo de los milenos. Sólo en las últimas décadas todas estas Ciencias de la Unión con la Consciencia Superior se volvieron disponible sin esta relación directa (en forma de libros, videos, etc.) Siempre se creyó que esta relación determinaría el éxito de uno en la práctica. Y así lo he comprobado en mi camino personal: sin la guía, ejemplo y acompañamiento de mis maestros, todo hubiera sido diferente.


En mi vida he tenido excelentes maestros. Sin embargo, en todos pude ver su humanidad, en forma de enojos, en forma de orgullo, etc. Esto me dejó con más interrogantes y algunas certezas: Esta persona que practica hace tantos años no es alguien diferente a mí. Eso es algo que pude ver desde el principio.


Ahora, si nuestros maestros no nos protegen, no nos cuidan, nos hacen sentir inferiores, cometen abusos, ¿De qué relación positiva estamos hablando?


La relación maestro/alumno supone un beneficio mutuo. No hay jerarquía o grado de dominación. De hecho, este mantra lo canta tanto el maestro como el alumno, para aclarar la intención de trabajar juntos y aprender el uno del otro.


Si el rol del maestro es señalar nuestra propia luz interna, ¿hemos tomado consciencia de que nosotros también somos la divinidad misma?


Diría que tenemos que empezar por ver que estas condiciones se cumplan con el maestro que hemos elegido.


A raíz de este hecho, leo por todas partes el eslogan "basta de gurús". Aquí en Occidente "guru" se refiere más bien a un líder espiritual que cuenta con seguidores. Pero la palabra "guru" significa aquel que suprime la oscuridad. Podría interpretarse como "maestro". Es decir, aquel que trae luz, que elimina la ignorancia, que es un caso de falsa identificación, con el cuerpo físico, con el ego, etc. Siento que los maestros son muy necesarios.


Ahora, ¿cómo la gente no va a estar indignada si muchos maestros en lugar de luz están trayendo oscuridad?, ¿cómo no va a haber desilusión y cuestionamiento si una persona que dedica su vida a hacer todas las famosas prácticas, a estudiar hasta el hartazgo todas las famosas filosofías, obra y acciona de forma repugnante y despreciable? ¿Cómo una persona que ha trabajado sobre sí misma puede someter a otra y decirle que le va a alinear los chakras en un acto de abuso sexual? Todas estas cosas suceden en el mundo de la espiritualidad y esto abre un gran debate. En este y en todos los ámbitos de la vida.

Creo que las personas que llegan a posiciones de tanto poder se sienten impunes para hacer cualquier cosa.


Esto denota que los mantras, las prácticas, los textos sagrados y las filosofías describen una naturaleza ideal de las cosas. Otra cosa muy diferente es poder llevarlas a cabo. Una cosa es el mensaje y otra el mensajero. Así como las enseñanzas de Jesús son una cosa y la puesta en práctica de la Iglesia católica (con sus cruzadas, abusos e infinidad de barbaridades) es otra.


Desde ya que duele y parece incomprensible que alguien con ese grado de conocimiento haga eso, y sin embargo vuelve a mostrar que cualquiera que se pone por arriba del resto es todavía un ser humano, con todo lo que ello implica.

Esto no significa que todos los maestros o gurúes sean corruptos, pero tampoco significa que todo aquel que se autodenomine iluminado o su santidad, lo sea. ¿Pero significa que un ser humano jamás va a poder trascender todo esto?


Diría que lo único que nos queda es hacer nuestra propia experiencia al respecto. Seguir descubriendo nuestra luz que está encubierta por diferentes capas de falsa identificación. Esto no significa que en este proceso no tengamos maestros nunca más, ya que siempre habrá personas, filosofías y saberes que puedan guiar nuestros caminos. Siempre compartiremos conocimiento y nos inspiraremos entre seres humanos. Pero significa que no podemos seguir dejándonos someter por figuras de gran poder que luego nos defraudan. No podemos seguir elevando a un estado no humano a un ser humano. Si somos seres divinos haciendo una experiencia humana, no olvidemos entonces lo que implica ser humano. En definitiva estamos todos hechos de la misma cosa, con toda la polaridad de la existencia humana.


Hace un tiempo, en un retiro, me di cuenta de algo que no me gustó nada. Una participante nos preguntó: “?ustedes se pelean alguna vez?, ¿discuten?.” La respuesta fue “claro que sí, como cualquier ser humano. Ningún ser humano está exento de experimentar todas las emociones de estar vivo”.

Ahí reafirmé algo que venía notando y me daba temor: la capacidad que tenemos los seres humanos de creer que otros le han escapado a la humanidad. Como el día que le conté a mi amiga que me había enojado y me dijo “ay, vos te enojas? si vos te enojás imaginate nosotros”. ¿Cuantas proyecciones hacemos sobre los demás? Tenemos la tendencia a imaginarnos que los seres humanos que hacen prácticas espirituales pierden por completo sus cualidades humanas. Esto no es así. Me remito al Kybalión para hablar de la experiencia humana: en esta experiencia existe la polaridad. La oscuridad y la luz. Lo bueno y lo malo. Lo lindo y lo feo. Somos TODO eso. Claro que con diferentes grados de luz y oscuridad. Conócete a ti mismo y conocerás el universo, lo que está aquí adentro, está en todas partes. Entonces,

¿Podemos dejar de elevar a cualquier ser humano sobre el resto?

Las estructuras verticales deben caer, para dar paso a una mayor horizontalidad. No creo en un mundo sin guías o maestros, pero sí creo que es posible dejar la era de entregar el poder a grandes líderes en los que depositamos toda nuestra vida y dejamos que se aprovechen de nosotros, de forma sexual, financiera, psicológica, etc. Y sobre todo de que nos quiten la libertad y nos digan que el camino es uno sólo. Como todas las culturas que han transitado este planeta lo demuestran, existen infinitos caminos para realizar el Ser.


Siempre fui reticente a escuchar una sola voz, un solo maestro, una sola forma de practicar y de ver el mundo. Por eso siempre fui alguien que, según los practicantes de un sólo método desprecian, ha ido de maestro en maestro, de lugar en lugar, de cosmovisión en cosmovisión tratando de encontrar e interpretar los símbolos que mas me resonaban. He profundizado en todo aquello que me ha dado respuestas.


Cuando la gente me pregunta, quiero saber lo que sabes vos, ¿con quién puedo estudiar? Mi respuesta es que con la vida misma. Esto nos lo dice el Guru Mantra: cada inicio de nuestras vidas es un maestro, lo que está sucediendo ahora es un maestro, cada final de nuestras vidas es un maestro. Hay un maestro muy cerca , justo enfrente de nosotros y un maestro más allá del más allá. A esos maestros, les entrego todo lo que soy.


Cada camino es único, lo mio es un collage de experiencias. No creo que un solo ser humano tenga la respuesta de todo, y en definitiva sé que la vida nos lleva por las experiencias que nos plantean las preguntas para dar el próximo paso en nuestro nivel de evolución.


Aquí dejo el enlace al video de la respuesta de los tibetanos con respecto a este hecho, que puede aportar a este debate. Siempre es importante escuchar todos los puntos de vista y conocer más en profundidad la historia, cultura y tradiciones de este pueblo:





114 visualizaciones1 comentario

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page