SOBRE SABINA:

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Mi relación con la música y el canto empezó a los 15 años, cuando descubrí los CDs de mi hermano mayor y pedí que me regalaran una guitarra. Aunque lo que más deseaba en el mundo era ser música profesional, me dejé llevar por otros caminos académicos, y siempre sentí que por no haberme recibido en un conservatorio, no era lo suficientemente adecuada. Realicé la Formación Integral del Cantante con Marcela Aibé a los 22 años y luego tuve varias bandas donde canté, pero siempre con cierta incomodad de mostrarme en público.

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En el 2014, en mi primer viaje a India, entré por primera vez a un kirtan en un ashram. Me senté en un círculo en el piso, sin separación real entre los músicos y el resto. Una mujer india tocaba y cantaba. Noté que ella cerró los ojos al principio y durante dos horas no los abrió. Cada vez su rostro expresaba más amor y entrega. Su voz salía del corazón. No era un show, sino que ella parecía estar en un estado de profundo éxtasis interior. ¿Dónde se había ido su mente?, ¿Se había olvidado de que estaba allí con nosotros?, ¿En qué estaría pensando?, ¿Dónde estaba su corazón? Esa experiencia de entrega y meditación, me marcó. Donde sea que su alma en gozo estaba, yo quería ir. ¿Alguien me podría dar la llave de esa puerta?

Aún sin saber qué estaba recitando, cerré los ojos y empecé a cantar y comprender a partir de la experiencia que la vibración de las palabras es la que nos eleva a un estado meditativo. Me había contagiado y estaba flotando en una nube, varios metros por arriba de la tierra y ni ella, ni nadie en la sala queríamos bajar.

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A medida que profundicé mi camino en el Yoga, la práctica de Bhakti Yoga (el Yoga de la devoción) me regaló muchos entendimientos. Siempre supe que la música tenía un rol principal en mi vida. Pero no fue hasta que no canté mantras y música medicina desde el corazón, que no comprendí la profundidad de este camino y de este amor infinito. Desde que me conecté con mi voz de esa forma, se abrieron sincrónicamente muchas nuevas puertas, como poder acompañar con mi voz varias ceremonias de plantas maestras. Descubrí que dentro mío habitaban muchas voces diferentes y que animarme a jugar con ellas, me hacía sentir libre y feliz. Profundicé en el camino del canto devocional con Armonio con Neeti de Devi Music Ashram, en India, y con Yasia Leiserach en una formación sobre Bhakti Yoga, en Inglaterra, donde exploramos diversas técnicas para liberar la voz. También exploré el canto con tambor junto a Yael Haboulafia.

El canto es una herramienta bendita, una llave al más allá. Canto los diferentes nombres de lo sagrado, sea cual sea el nombre que le quieras poner a lo más elevado que puedas percibir: la naturaleza, Dios. Entro en estados alterados de consciencia cantando, abriendo la expresión, abriendo el corazón. Ananda. Entro en un espacio de dicha inconmensurable y vibro alto. Hace 6 años que canto desde lo profundo del alma, en kirtans, ceremonias y rituales. Sé que con la voz y los instrumentos, puedo canalizar diferentes voces, que me elevan y llevan de viaje, que mueven las fibras de quienes la escuchan. Ese es mi rol, dejar que las voces pasen. Y cuando me libero, te inspiro a vos, a liberarte un poquito más. Y cuando te liberas, me inspiras a mí, a ser un poquito más libre.

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Te esperamos con amor para transitar este camino juntos,

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Gea & Sabina.

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